Lecce, conocida como la «Florencia del Sur», alberga una de las concentraciones más impresionantes de arquitectura barroca en toda Europa, con 22 iglesias de este estilo solo en su centro histórico. Esta ciudad de más de 2.000 años de antigüedad, fundada por el pueblo Messapii, se ha ganado merecidamente el título de «Capital del Barroco».
Con una historia que abarca influencias romanas, bizantinas y normandas, Lecce destaca especialmente por sus edificios construidos en piedra caliza amarilla dorada local, que permite crear ornamentaciones asombrosamente detalladas. Por ejemplo, la Basílica de Santa Croce, completada en 1699, representa uno de los ejemplos más magníficos de esta arquitectura espectacular, mientras que la Catedral de Lecce, reconstruida en 1659, muestra la evolución arquitectónica de la ciudad a través de los siglos.
En esta guía completa, los visitantes descubrirán los tesoros arquitectónicos, las rutas a pie más fascinantes y los rincones secretos de esta joya del sur de Italia, donde cada esquina cuenta una historia tallada en piedra.
Historia y ubicación de Lecce

Situada en la región de Apulia, al sur de Italia, Lecce se ubica estratégicamente entre los mares Jónico y Adriático. Esta ciudad histórica, capital de la provincia homónima, cuenta actualmente con 95.766 habitantes y abarca un área provincial de 2.759 km².
Dónde se encuentra Lecce en Italia
La provincia de Lecce limita al norte con Brindisi y al oeste con Tarento, posicionándose como la segunda provincia más poblada de Apulia. Además, constituye un importante centro agrícola, destacando especialmente por su producción de aceite de oliva y vino. El casco histórico amurallado alberga más de 40 iglesias y cerca de un centenar de palacios de interés.
De ciudad romana a capital del Barroco
Los orígenes de Lecce se remontan al siglo V a.C., aunque una antigua leyenda atribuye su fundación hacia el año 1200 a.C., tras la destrucción de Troya. Inicialmente llamada Sybar por los mesapios, posteriormente los romanos la conquistaron en el siglo III a.C., renombrándola como Lupiae.
Durante el mandato del emperador Adriano, la ciudad experimentó una notable transformación, trasladándose hacia el noreste y adoptando el nombre de Litium. Después de cinco siglos de dominio bizantino, Lecce atravesó períodos bajo el control de diversos pueblos, incluyendo ostrogodos, sarracenos y lombardos.
Un punto de inflexión llegó en el siglo XI, cuando los normandos asumieron el control del Reino de Sicilia. Bajo el dominio español en el siglo XVI, Lecce alcanzó su máximo esplendor, convirtiéndose en una de las potencias del sur italiano. Durante este período, Carlos V reorganizó la ciudad urbanísticamente, ordenando la construcción del castillo, las murallas y el arco del triunfo, conocido actualmente como Porta di Napoli.
Por qué es llamada la ‘Florencia del Sur’
El apodo «Florencia del Sur» tiene sus raíces en el siglo XVIII, cuando el obispo irlandés George Berkeley visitó la región. En una época donde el sur de Italia era considerado inestable, Berkeley encontró una ciudad fortificada con aproximadamente 140 iglesias y fachadas magníficas, comparándola con Roma, Venecia y Florencia.
Lo que distingue particularmente a Lecce es su piedra caliza local, conocida como «piedra de Lecce». Este material único, extraído de las canteras circundantes, contiene fósiles y conchas marinas de un antiguo lecho marino. Su característica más notable es su maleabilidad, permitiendo ser tallada incluso con un simple cuchillo, lo que facilitó el desarrollo del distintivo estilo «barroco leccese».
El florecimiento artístico de la ciudad alcanzó su apogeo durante los siglos XVI y XVII, cuando nobles y clérigos competían en la construcción de edificios singulares. Este período de prosperidad dio lugar a un estilo barroco único, influenciado por la cultura española y potenciado por la ductilidad de la piedra local, caracterizada por su tono dorado y cálido.
Las iglesias barrocas más impresionantes
Entre los tesoros arquitectónicos más notables de Lecce destacan dos monumentos excepcionales que ejemplifican la grandeza del barroco leccese. Estas obras maestras, talladas en la característica piedra local, muestran el virtuosismo de los artesanos de la época.
Basílica de Santa Croce: la joya del barroco
La Basílica de Santa Croce, situada en la Via Umberto I, representa el máximo exponente del barroco leccese. Su construcción, iniciada en 1549, requirió más de 140 años para completarse. La fachada, dividida en dos niveles bien diferenciados, exhibe una extraordinaria riqueza ornamental que incluye telamones, guirnaldas de frutas, flores y figuras zoomorfas.
El portal mayor, construido en 1606, presenta columnas corintias y muestra las insignias de Felipe III de España. Además, un magnífico rosetón central de inspiración románica domina la parte superior de la fachada. La decoración incluye una sucesión de atlantes que sostienen una barandilla adornada con trece putti, simbolizando el poder temporal y espiritual.
El interior de la basílica sorprende con:
- Un fastuoso techo de casetones de madera de nogal con detalles dorados
- Una alta cúpula decorada con festoni de hojas de acanto y angelotes
- Dieciséis altares barrocos distribuidos en sus naves
Duomo de Lecce y su plaza monumental

La Piazza del Duomo constituye un verdadero museo al aire libre. Este espacio íntimo y monumental alberga la Catedral de Santa Maria Assunta, completamente renovada entre 1659 y 1670 por Giuseppe Zimbalo. Una peculiaridad notable es que la catedral presenta dos fachadas totalmente distintas: una sobria y otra ricamente ornamentada en estilo barroco.
El campanario, obra también de Zimbalo, se eleva majestuosamente hasta alcanzar los 50 metros de altura, convirtiéndose en uno de los más altos de Puglia. La plaza está rodeada por edificios históricos significativos, incluyendo el Palacio Episcopal y el antiguo seminario, actualmente museo diocesano.
La entrada a la plaza resulta especialmente impactante gracias a la espectacular obra de Emanuele Manieri del siglo XVIII. El conjunto arquitectónico se complementa con el Palacio Episcopal, cuya fachada, realizada en 1758, destaca por su altísimo arco de entrada y su ingeniosa disposición en diferentes planos.
El interior de la catedral alberga trece altares y una cripta del siglo XII que acoge una valiosa colección de pintura y escultura italiana. La piedra caliza local, característica de estas construcciones, permite apreciar un tono cálido que añade elegancia al conjunto arquitectónico.
Ruta a pie por el centro histórico
El corazón pulsante de Lecce invita a descubrir sus tesoros históricos mediante un recorrido fascinante por sus calles empedradas. Este paseo permite adentrarse en siglos de historia y arquitectura excepcional.
Plaza Sant’Oronzo y el anfiteatro romano
La Piazza Sant’Oronzo constituye el núcleo vital de la ciudad, donde destaca el majestuoso anfiteatro romano construido entre los siglos I y II d.C. Esta imponente estructura podía albergar hasta 20.000 espectadores, aunque actualmente solo es visible un tercio de su estructura original. El anfiteatro, descubierto durante unas excavaciones a principios del siglo XX, exhibe relieves en mármol que representan escenas de cacería con toros, leones y osos.
En el centro de la plaza se alza la columna de Sant’Oronzo, de 29 metros de altura, coronada por la estatua del santo patrón. Esta columna, erigida en 1686, proviene originalmente de Brindisi y marcaba el final de la Vía Apia.
Calles y palacios barrocos imperdibles
El recorrido por el centro histórico comienza atravesando una de las tres puertas históricas: Porta Napoli (1548), Porta Rudiae o Porta San Biagio (1774). Cada entrada presenta características arquitectónicas únicas que reflejan diferentes períodos históricos.
El Palazzo del Seggio, también conocido como «Sedile», sobresale por su elegante estructura gótico-renacentista, obra del arquitecto Alessandro Saponaro en 1592. Este edificio, antiguamente sede del gobierno local, destaca por sus arcos ojivales y su rica decoración escultórica.
Mejores puntos para fotografiar
Para capturar la esencia de Lecce, algunos lugares resultan particularmente fotogénicos:
- La Via delle Giravolte: una pintoresca calle medieval diseñada con giros intrincados que, según la tradición, servía para desorientar a posibles invasores.
- El Teatro Romano: construido durante el reinado del emperador Augusto, podía acoger a más de 5.000 espectadores. Actualmente, junto a sus ruinas se encuentra un museo que exhibe los hallazgos arqueológicos descubiertos durante las excavaciones.
- Los patios y claustros históricos, como el del ex conservatorio de Santa Ana, con su impresionante ficus, o el del ex convento de los Teatinos.
Durante el atardecer, la piedra caliza local adquiere tonalidades doradas especialmente cautivadoras para la fotografía. Además, la ruta es accesible para todos los públicos, incluyendo familias con niños y personas con movilidad reducida.
Tesoros ocultos más allá del barroco
Más allá de sus famosas iglesias barrocas, Lecce guarda secretos fascinantes que revelan capas ocultas de su rica historia cultural. Estos tesoros menos conocidos ofrecen una perspectiva única sobre el pasado de la ciudad y sus tradiciones artesanales.
El barrio judío y su historia
La presencia judía en Lecce se remonta a siglos atrás, cuando una próspera comunidad sefardí habitaba la ciudad. María de Anjou protegió personalmente a esta comunidad en 1440, aunque posteriormente les obligó a llevar un distintivo círculo rojo.
El actual Museo Judío, ubicado frente a la Basílica de Santa Croce, preserva importantes vestigios de esta herencia. Con una entrada de 9 euros, el museo ofrece visitas guiadas obligatorias que permiten explorar los restos de una antigua sinagoga. Entre sus hallazgos más significativos destacan:
- Baños rituales subterráneos (mikvés)
- Una inscripción en hebreo que reza: «esta es la casa de Dios, sueño de Jacob»
- El hueco de una mezuzá en la entrada de la antigua sinagoga
La historia de la comunidad judía en Lecce tomó un giro dramático en 1495 con la llegada de la Inquisición. En 1541, el emperador Carlos V ordenó la expulsión de todos los judíos y la eliminación de cualquier signo de su presencia. Posteriormente, en 1549, se construyó la Basílica sobre el antiguo mercado judío.
Talleres de papel maché tradicional
El arte del papel maché en Lecce representa una tradición que se remonta a los siglos XVII y XVIII. Esta técnica surgió como una solución ingeniosa cuando los artesanos locales, sin acceso a materiales más costosos, descubrieron que podían crear obras religiosas consolidando papel.
Los talleres actuales mantienen viva esta tradición centenaria, ofreciendo experiencias únicas para visitantes. Los artesanos expertos comparten no solo las técnicas, sino también la rica historia y pasión detrás de este arte. El proceso de creación incluye:
- Uso de materiales tradicionales como papel, paja, harina y pegamento
- Técnicas transmitidas de generación en generación
- Creación de piezas únicas que van desde objetos religiosos hasta máscaras decorativas
Para aquellos interesados en profundizar en esta artesanía, el Museo del Papel Maché, ubicado en el Castillo de Carlos V, ofrece una visión completa de su evolución histórica. Los visitantes pueden participar en talleres prácticos donde, bajo la guía de maestros artesanos, aprenden el intrincado proceso de creación utilizando herramientas esenciales como agujas, pegamento y papel reciclado.
Estos talleres no solo preservan una tradición centenaria sino que también permiten a los participantes llevarse a casa una pieza única creada por sus propias manos. Las sesiones incluyen una introducción histórica detallada y una demostración paso a paso de las técnicas de producción.
Consejos prácticos para visitar Lecce
Para planificar una visita exitosa a la capital del barroco italiano, resulta fundamental considerar varios aspectos prácticos que garantizarán una experiencia memorable.
Mejor época para visitar
El clima mediterráneo de Lecce ofrece temperaturas que oscilan entre los 13°C en enero y los 30°C en julio. Las aguas del mar varían entre 14°C y 26°C a lo largo del año.
Los meses más recomendables para visitar la ciudad son:
- Mayo a julio: Con temperaturas suaves y días largos, ideales para explorar el centro histórico
- Septiembre y octubre: Clima agradable con temperaturas entre 15°C y 26°C
Durante junio, las temperaturas mínimas alcanzan los 19°C por la mañana y máximas de 27°C por la tarde. Además, las precipitaciones son escasas, con aproximadamente 11 mm y 28 días sin lluvia.
Cómo llegar y moverse por la ciudad
Los principales puntos de acceso son:
Por aire: Dos aeropuertos cercanos facilitan la llegada:
- Aeropuerto Internacional «Karol Wojtila» de Bari
- Aeropuerto «Antonio Papola» de Brindisi (Salento)
Desde España, varias aerolíneas ofrecen vuelos directos:
- Vueling: Barcelona-Bari, Barcelona-Brindisi, Madrid-Bari, Valencia-Bari
- Ryanair: Conexiones desde Barcelona, Madrid, Valencia, Sevilla y Málaga
- Volotea e Iberia: Rutas desde principales ciudades españolas
Para desplazarse desde los aeropuertos:
Desde Bari:
- Shuttle Tempesta: 30 minutos, 4€ por persona
- Bus 16: 45-50 minutos, 1-1,50€
- Tren: 15 minutos, 5€
Desde Brindisi:
- Servicio SITA (línea 793): 45 km de trayecto, 6,50€ por persona
Dónde alojarse
El centro histórico de Lecce, prácticamente peatonal, ofrece numerosas opciones de alojamiento. Aspectos importantes a considerar:
- La ciudad es completamente plana, facilitando el desplazamiento con equipaje
- Verificar disponibilidad de ascensores en edificios históricos
- Los precios varían significativamente entre temporada alta (última semana de junio a primera de septiembre) y baja
Para estacionar vehículos:
- Líneas blancas: estacionamiento gratuito
- Líneas azules: zonas de pago con horarios específicos
- Parquímetros: aceptan monedas y tarjetas de crédito
Durante el verano, cuando las temperaturas son elevadas, muchos visitantes optan por explorar las playas durante el día y disfrutar del centro histórico por la noche. Los barrios cercanos a Porta San Biagio y Piazzetta Santa Chiara destacan por su animada vida nocturna, con diversos restaurantes y bares.
Conclusión
Sin duda, Lecce representa un tesoro arquitectónico único donde el barroco alcanza su máxima expresión en el sur de Italia. La piedra caliza dorada local, junto con siglos de influencias culturales diversas, ha creado un estilo arquitectónico incomparable que cautiva a visitantes de todo el mundo.
La ciudad no solo destaca por sus magníficas iglesias barrocas como Santa Croce y el Duomo, sino también por sus tesoros menos conocidos. Los antiguos vestigios del barrio judío y los talleres tradicionales de papel maché añaden capas adicionales de encanto cultural a esta joya de Puglia.
Finalmente, la accesibilidad de Lecce, su clima mediterráneo favorable y su rica oferta de alojamientos la convierten en un destino ideal para explorar durante todo el año. Los viajeros encontrarán una ciudad que combina perfectamente la grandeza histórica con la calidez y hospitalidad del sur italiano, donde cada calle y cada esquina cuenta una historia tallada en piedra dorada.